Render Vs. fotografía

Hoy en día estamos acostumbrados a ver proyectos representados con imágenes cada vez más espectaculares y en algunas de estas ocasiones nos resulta complicado distinguir un render de una imagen real.

El render, es una imagen digital que se crea a partir de un modelo o escenario en 3D realizado en algún programa especializado de ordenador.
Estos escenarios 3D se someten a diversos procesos, que con el uso de técnicas de texturizado de materiales, iluminación, distribución, así como técnicas fotográficas, crean una serie de efectos ópticos que se asemejan a una situación específica en el mundo real.

Un render fotorrealista, es una fotografía en todos sus aspectos. Grandes ordenadores para tratar las imágenes y grandes profesionales para hacer que cada día estas imágenes en 3D sean más reales, teniendo como principal ejemplo, las grandes producciones cinematográficas. Es raro ver alguna película que no introduzca esta tecnología en sus films. Lo mismo pasa en los estudios de fotografía profesional.

Tanto la imagen real como el render son unas buenas herramientas, pero cada recurso ha de utilizarse en su debido momento. Los renders son idóneos para recrear el proyecto de manera virtual mucho antes de que éste exista. En muchas ocasiones los arquitectos, diseñadores o los encargados de realizar el proyecto de implantación tienen la capacidad de visualizar un espacio a partir de un plano. Pero por otro lado, el cliente final suele carecer de esta capacidad y les resulta más complicado hacerse una idea de cómo quedaría ese proyecto antes de ejecutarlo.

Es por ese motivo por el que en esta fase, en la medida de lo posible, es conveniente acompañar el proyecto con una imagen virtual. En relación a este asunto hemos consultado diferentes estudios donde demuestran que las emociones son un factor decisivo en las compras. En nuestro caso, la representación 3D de nuestro proyecto es uno de los factores que producen estas emociones, las cuales no se pueden obtener con un plano 2D y/o una presentación verbal o escrita del proyecto. El 3D nos sitúa en el espacio y el ambiente dándole un gran realismo y ayudando al receptor a conectar con la imagen.

A continuación puedes ver una galería con los reders que hemos presentado en varios proyectos:

  • Sin retoques: La fotografía a menudo requiere retoque para eliminar defectos. Los renders son perfectos desde el principio.
  • Control total de luces y sombras: En las fotografías, los objetos pueden emitir o recibir sombras que pueden no estar al alcance de nuestra mano el poder modificarlas.
  • Escenas y objetos sin distorsiones: Las escenas 3D, al contrario de las fotografías, no crean ninguna distorsión sobre los objetos.
  • Enfoque: Al disparar una fotografía, la cámara enfoca una zona dejando menos nítida el resto de la imagen. En la imagen 3D, si lo deseas, toda la imagen puede tener la misma nitidez; aunque si lo precisa, se puede puede poner el punto de enfoque en el lugar que se desee.
  • Representación del proyecto mucho antes de que exista.
  • Posibilidad de cambios sobre el proyecto.
  • Infinidad de posibilidades en cuanto acabados.
  • Todas las vistas/ángulos imaginables.
  • Visitas virtuales animadas. Poder realizar una visita virtual a través de la instalación que estamos proyectando permitiría conectar mejor al cliente con la instalación, así como enseñar en primera persona los espacios y distribuciones para hacerle vivir una experiencia que pueda dar como resultado la elección final de nuestro proyecto.
  • Ahorro de costes ya que evita el montaje del producto pudiendo trabajar mientras sólo contamos con prototipos.
  • Tiempo de renderizado. Cada render lleva un tiempo, al menos si queremos que el acabado del mismo sea lo más real posible.
  • Reflejos y sombras no del todo logradas.
  • Detalle de los acabados menos reales.

La tecnología continua avanzando a pasos agigantados posibilitando que los renders se acerquen cada vez más a la realidad, pero las imágenes aportan un valor difícil de superar. En los próximos años veremos cómo conviven ambas opciones y por el momento, no creemos que la imagen virtual vaya a sustituir a la imagen real.

Es evidente que la tecnología 3D va a vivir una evolución y quizá estos puedan ser algunos de los puntos importantes en este proceso:

  • Mayor nivel de calidades y acabados. Conforme aumenta la potencia de los ordenadores, número de polígonos que pueden crear y los cálculos de iluminación; el margen entre render e imagen real va siendo menor. Estos aspectos no son necesariamente exclusivos para grandes estudios.
  • Bibliotecas con materiales reales en busca del realismo extremo. Poder asociar un material concreto a un elemento de nuestro plano/infografía sería un importante avance hacia el realismo.
  • Tiempo de renderizado. Obtener una imagen renderizada lleva bastante tiempo y esto conlleva ralentizar el resto de procesos que podemos realizar en el mismo ordenador; limitando así el trabajo que podemos llevar a cabo. Cada día se va acortando el tiempo de procesado para conseguir la imagen final.
  • Animaciones 3D para presentaciones tipo “Google Business view”. Hay empresas que cambian contínuamente su imagen, con nuevas exposiciones de productos y demás. Google Business View se está implantando con éxito, pero no es buena solución para empresas con continua renovación. Quizá la visita virtual mediante renders animados sería buena solución a estos casos.

Cada vez somos más empresas las que utilizamos los render 3D para la realización de nuestros catálogos. Empresas de todos los sectores recurrimos a esta técnica para generar las imágenes que recrean ambientes con una cada vez mayor calidad foto-realista. Como ejemplo, os mostramos varias imágenes utilizadas en algunos de nuestros catálogos de producto.

El renderizado de las imágenes mostradas en esta galería han sido gracias al trabajo desarrollado por Klöna, la empresa de infografía 3D afincada en Pamplona.

Mientras convivimos con las dos herramientas y cada una desarrolla sus propias características, es interesante que en la medida de lo posible podamos recurrir a la mejor de las opciones que ambas nos ofrecen dependiendo de las circunstancias y posibilidades que tengamos para presentar el proyecto.

Hay que decir también que donde esté lo real nunca se podrá comparar con lo digital. Pero bien es cierto, que cada día, la fotografía 3D o 3D render va ganado terreno a nuestra fotografía tradicional, tanto en precio como en calidad.

Conclusión

Los renders están mejorando cada vez más como consecuencia de mejoras en los procesos, como por ejemplo: tipo luces, cámaras, acabados, las características de los propios ordenadores, etc.

Con las imágenes 3D se puede llegar más lejos que con la fotografía real porque se pueden crear escenarios imaginarios sin necesidad de invertir dinero en su desarrollo y construcción. Pero con esto no queremos decir que sea mejor una que otra, ya que creemos que son dos recursos muy interesantes que deben convivir y complementarse entre si para sacar el máximo rendimiento de ambas.